TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
Los trastornos del comportamiento (TC) constituyen uno de los motivos de consulta más frecuentes por problemas relacionados con la salud mental infantil y juvenil.
En las clasificaciones internacionales de enfermedades, existen dos categorías principales para los TC: el trastorno negativista desafiante y el trastorno disocial.
TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE: Los síntomas, por lo general, comienzan durante los años preescolares. A veces, este trastorno puede manifestarse más tarde, pero casi siempre antes de los primeros años de la adolescencia. Los comportamientos oposicionistas y desafiantes son frecuentes y continuos. Causan problemas graves en las relaciones interpersonales, las actividades sociales, la escuela y el trabajo, tanto para el niño como para la familia.
Los síntomas conductuales y emocionales suelen durar, como mínimo, seis meses, e incluyen un estado de ánimo de enojo e irritable, y comportamiento combativo, desafiante, hiriente y vengativo.
TRASTORNO DISOCIAL:
Un problema de comportamiento en el que un niño quebranta repetidamente muchas leyes y reglas
El mal comportamiento es lo bastante malo o lo bastante frecuente como para causar problemas importantes para el propio niño u otras personas
Los niños con trastorno disocial:
Actúan de forma egoísta, se muestran insensibles a los sentimientos de los demás y pueden acosar, causar daños a la propiedad, mentir o robar sin sentirse culpables
El trastorno afecta con mayor frecuencia a varones
A menudo tienen progenitores con problemas de salud mental, como abuso de sustancias, TDAH (trastorno por déficit de atención/hiperactividad), esquizofrenia o trastorno de personalidad antisocial.
Con frecuencia, su comportamiento mejora cuando entran en la edad adulta
Los médicos pueden hacer que su hijo hable con un terapeuta, pero el mejor tratamiento puede ser llevarlo a un entorno muy estructurado, como un centro de salud mental.
Los TC pueden coexistir con distintos problemas, especialmente cuando las conductas son graves y no se ha actuado de manera precoz. Los dos más importantes son:
1. Consumo de drogas tóxicas, estupefacientes y otras sustancias. Existe una asociación entre el consumo de drogas y el TD. En ocasiones, las transgresiones se
producen por la necesidad de obtener la sustancia de forma inmediata. Otras veces son consecuencia del efecto de las drogas, sea agudo o por las alteraciones
mentales que produce su consumo a largo plazo. El ambiente disocial propio del
mundo de las drogas es un factor negativo añadido al problema.
2. Fracaso escolar y absentismo escolar. Impiden al niño obtener los recursos escolares en la resolución de conflictos. Se pierde la estructuración temporal del ocio y
del trabajo y se crea una situación de indisciplina que se traslada al ámbito familiar, con el consecuente empeoramiento de una situación ya de por sí deteriorada.
En cuanto a la evolución de la clínica, se han identificado ciertos factores que parecen asociarse a la prolongación del problema en la edad adulta. Uno es la edad de
inicio: los niños que desarrollan síntomas antes de los 6 años tienen mayor riesgo.
Otro es la amplitud del problema, con peor evolución cuando los síntomas se dan en
varios contextos. El tercer factor de riesgo es la frecuencia, intensidad y diversidad
de los trastornos conductuales.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de TDAH lo puede realizar un especialista en psiquiatría, pediatría,
neuropediatría o psicología que esté formado en esta patología.
Cuando se trata de un caso complicado es conveniente que un psiquiatra infantil determine si los síntomas se deben a un TDAH o a otra enfermedad psiquiátrica, o a una
combinación de ambos.
Un pediatra o neuropediatra debe también determinar si los síntomas se deben a una
enfermedad médica. Es fundamental realizar una evaluación exhaustiva y un diagnóstico preciso, para elegir el tratamiento más adecuado. Cuando se sospeche un TDAH,
un médico experto en el diagnóstico y el tratamiento de TDAH siempre debe realizar la
valoración clínica.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales – Cuarta Edición (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders-Fourth Edition o DSM-IV), es el
más utilizado entre los profesionales para hacer el diagnóstico. Según el DSM-IV los
criterios diagnósticos son: presentar al menos 6 síntomas de inatención (para TDAH de
predominio inatento), al menos 6 síntomas de hiperactividad e impulsividad (para el
TDAH de predominio hiperactivo-impulsivo), o ambos (para el TDAH combinado). Además, algunos de los síntomas deben haber comenzado antes de los 7 años. Los síntomas
deben provocar algún grado de disfunción en al menos dos ambientes (por ejemplo, el
colegio y la casa) e interferir en el ámbito social, académico u ocupacional. Por último,
los síntomas no se deben explicar mejor por otro trastorno psiquiátrico, por problemas
médicos, o por el efecto de fármacos o drogas.
Bibliografía
2009, TRASTORNOS DE CONDUCTA
FÉLIX AMARO PARRADO
MARIEMMA M. SAIS MARIEMMA M. SAIS (http://www.paidopsiquiatria.cat/archivos/Trastorno_Conducta_0_07-09_M5.pdf)
Trastornos del
Comportamiento, Gobierno de Sacarias (https://consaludmental.org/publicaciones/TrastornosComportamiento.pdf)
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